lunes, 17 de agosto de 2009

El ganador simpático

"El mayor poder creativo se da cuando eres absolutamente inconsciente de las consecuencias". Álex de la Iglesia

Levanta la cabeza e imagina el pase más adecuado, y si no tiene la seguridad de que la pelota tendrá el destino que él desea, o sucede que un jugador contrario ha llegado ya para acosarle con patadas de hiena codiciosa, entonces él gira y se defiende con la elegancia del que huye para volver más fuerte (Es el gesto del David, aunque desvestido de arrogancia). Él gira amansando con los pies esa pelota brillante, trotando junto a ella en una precisa circunferencia, que envuelve al contricante, pero no la mira. No la mira, pues el oficio de sus ojos abarca todas las posibilidades que las reglas de su deporte le brindan a lo largo y ancho de esa pradera fabricada. Entonces, desde su posición de eje, liberado de los insidiosos insectos, juega.

No lo verás salir en ningún titular de prensa, pues en fútbol, ese privilegio sólo se concede a los que marcan goles o a los tuercebotas, si es que descansan junto a alguna ambiciosa modelo. No podrás detectar, por más que lo busques, en sus entrevistas el tan frecuente tono de la autocomplacencia, ese extraño abombamiento que denuncia a las conservas echadas a perder. Sentirás que, por su razón, los goles de su equipo te duelen menos, y que sus abrazos en las victorias elevan la categoría de este deporte que algunas veces es tan bajo. Xavi es la madre nodriza, el motor inmóvil, la causa del juego. Es el mejor -qué palabra-, pero pocos se atreven a decirlo. Su virtud se corresponde con todos los insanos anhelos que caben en los madridistas como yo, pero los mezcla con un sentimiento de tácita y reconfortante admiración.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Comentarios


"Yo he querido que los ciudadanos españoles sepan y tengan muy claro que el gobierno y yo personalmente he autorizado contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberación" José María Aznar, noviembre de 1998.

"173 comentarios". Sé por qué se me viene a la mente el reguero de baba en paulatina desecación que deja el caracol tras su constante avance. ¿Has probado a leer alguna pequeña muestra de esas páginas escoba que colean tras cualquier noticia, crónica o reportaje? Ni siquiera son tolerables en las mejores cabeceras -piensa que el ser amado no suele elegir al amante desesperado, y por tanto, su voluntad no es responsable de todas las pasiones que desencadena-. Por lo general, nos encontramos con una saliva espumosa que muchos aprovechan para untarse en la cara y darse así un mejor aspecto, ¡Qué simpar placer el de verse reflejado y desdoblado, sentirse parte de alguna página de cierta popularidad!. Es lo que tiene Internet, que concede el privilegio del protagonismo, o al menos, la presencia escénica a quien de nada puede enorgullecerse. El ciberespacio permite a los contagiados de la frustración irreversible la felicidad de sentirse sentidos, y en esto tienen la suerte que asiste a las cucharachas, la de ser capaces de alimentarse de igual forma con los escasos apoyos que con las abundantes muestras de contundente rechazo, que siempre parecen enaltecer su enloquecido clamor masturbatorio.

No, nunca uses el pensamiento razonado contra esta baba fluida que vuela escondida y anónima por los democráticos dominios de la Red, como las telarañas que penden de las lámparas, tan útiles e inocentes ellas, como el hilo de miel que siempre acaba atravesando la encimera limpia, como la indeseable estridencia de tanta publicidad absurda que se cuela sin permiso en la intimidad nocturna de cena y albornoz. No, nunca uses las palabras para rebatir a Cospedal, no le hagas la concesión de analizar sus hargumentos. Limítate a observarla decir barbaridades mientras se atusa los cabellos bajo la suave brisa que agita las palmeras en agosto.

martes, 11 de agosto de 2009

Arte figurativo


"Cuando estoy a solas conmigo mismo no tengo valor para considerarme un artista en el sentido grande y antiguo de la palabra. Verdaderos pintores fueron Giotto, Rembrandt y Goya; yo no soy más que un amuseur public, que ha comprendido su tiempo y ha aprovechado lo mejor que ha sabido hacerlo la imbecilidad, la vanidad y la ambición de sus contemporáneos. Ésta que le hago es una amarga confesión, más dolorosa de lo que le pueda parecer, pero tiene el mérito de ser sincera". Pablo Picasso

Esa ligereza con que él trata lo que no tiene vuelta atrás. La facilidad con que pronuncia la palabra "muerte", asumiendo que es un hecho que le ronda de cerca desde hace tiempo, venciendo sin aparente esfuerzo esos temores innombrables que palpitan en los corazones jóvenes que le escuchan en silencio y espantados. Él, como Whitman; se me ocurre que son quienes más aprovechan la vida aquellos que con mayor naturalidad hablan de la muerte. Esa ley de vida, ese momento que tiene más nombre que voz; la muerte se ha desinflado y yace junto a sus pies pequeños, anulada por toda la indiferencia de quien se sabe un superviviente.

El dedo índice estirado, un estilete pálido, albino, se extiende tenso sobre la frente de su nariz. Un dorso blanco de cocodrilo -¿Es blanco o es que no tiene color?-, bordado por las arrugas de todos los días de todos los últimos noventa años de este país. Rozando impreciso con su uña el entrecejo, mediando entre sus dos ojos bien abiertos, que humildes significan énfasis, que te anuncian que las próximas palabras no merecerían ser olvidadas.

Miro mi propio retrato y lo redescubro. El dibujo viene de aquellos años que sólo conozco por lo que me han contado. Ahora puedo tocar ese papel que nos sobrevivirá a él y quizás a mí. Entonces percibo lo extraordinario, lo que la familiaridad ha ocultado al tribunal íntimo que decide sobre mis filias. Tan cerca ha estado, que esta noche no puedo perdonarme el tiempo que se ha sorbido. Hoy la honestidad me ha puesto un espejo delante y he empezado a verme las vergüenzas en mis propios ojos infantiles.

Hoy quiero rescatar todas las palabras de un abuelo, reforzadas por el poder de conquista que sólo da el desprecio natural hacia todos los gritos vanos que siempre consiguen llamar nuestra atención.

jueves, 6 de agosto de 2009

Reacciones



"Tucha le insistió varios años seguidos para que comprase una cámara fotográfica (Al menos por los niños), pero la idea de los rostros inmóviles en un tiempo congelado, progresivamente más antiguo, le estremecía desde la infancia, mirar por una pequeña lente y ver a una persona sonriendo del otro lado" Antonio Lobo Antunes - Acerca de los pájaros.

El viejo calló su voz cascada mientras asumía que, una vez más, tendría que escenificar la antigua didáctica de las afinidades alcohólicas, -asombra la capacidad de los viejos para vencer el tedio de la repetición, con qué entusiasmo cuentan aquellas cosas que llevan repitiendo a sus audiencias durante plurales décadas-. Es cierto que de nada sirven las palabras para convencer al que no quiere ser convencido, pero frente a la muestra de los hechos sólo los estúpidos pueden hacerse fuertes en su estupidez. Segundo, el viejo empresario de la noche, vertió dos dedos del melifluo Bailey's en lo más hondo del tubo, hizo después sonar un mágico schweppes y con toda la pompa discreta del jazz, vertió apenas unas gotas de la tónica sobre los dos dedos del melifluo Bailey's. Y entonces, una ley quiso demostrarse, y todo lo que era un sereno remanso de escocés y crema de leche se convirtió en una espumosa llamarada líquida que acabó por superar las angosturas de ese vaso que tan bien conocemos, para pringar burbujeante el barniz de los inmediatos contornos de la barra.

Será que las reacciones disparatadas derivadas de determinadas mezclas, esas mágicas explosiones y enigmáticos cambios de color, temperatura, o textura de las cosas, que el cine ha atado a una bata blanca, a unas gafas de culo de vaso, a unos cabellos tiesos y a las apolilladas aulas de enseñanza, son la mejor alegoría de los cimientos que habitan bajo nuestras más trascendentes decisiones.