sábado, 10 de octubre de 2009

Celtiberia Show II

"Su despecho provocó un desastre natural y le va a costar muy caro. A las once de la noche del 11 de marzo de 2006 un joven de 25 años decidió deshacerse de las cartas y postales que su novia le había escrito durante su relación. Se propuso hacerlo cerca de casa de la chica, en la localidad valenciana de Simat de la Valldigna. A escasos metros de la vivenda, C. G. M. prendió fuego a las misivas con un mechero y las arrojó a un contenedor de basuras. Se dio media vuelta, y se subió a un coche conducido por un amigo. Pocos minutos después, cuando se dirigían hacia Benifairó pudieron ver las llamas y el humo en la zona en la que habían estado, pero decidieron continuar la marcha.
El contenedor se quemó y provocó un incendio que, debido a la fuerza del viento y su dirección, se propagó rápidamente alcanzando grandes proporciones en un escaso margen de tiempo, según relata el fallo. A las 14:00 del día siguiente ya se habían quemado 940 hectáreas y desalojado varias viviendas, y a las 17:30 se tuvo que cerrar el tráfico marítimo del puerto de Gandía, donde además se tuvo que desalojar una urbanización completa.
El incendio afectó a seis términos municipales en los que se tuvieron que desalojar numerosas viviendas y cortar carreteras, y se tuvo que interrumpir el tráfico marítimo de la localidad de Gandía para facilitar las labores de extinción.
La extinción del incendio requirió la participación de numerosas brigadas de bomberos y medios aéreos y terrestres, además de una unidad del Ejército. El fuego fue controlado el 13 de marzo y quemó un total de 1.900 hectáreas de los municipios de Simat de la Valldigna, Benifairó, Gandía, Xeresa, Xeraco y Barx.
El joven ha sido condenado a un año y medio de prisión y a pagar 1,2 millones de euros en indemnizaciones, según una sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Valencia. Los gastos de extinción del incendio se elevaron a 195.000 euros, y los de reforestación ascienden a un millón más, cantidades que deberá abonar el autor del incendio. También deberá pagar diferentes cantidades a los propietarios de viviendas que sufrieron daños materiales, según establece la sentencia. El joven ha sido condenado a una pena de 18 meses de prisión como autor de un delito de incendio forestal y a pagar una multa de 1.350 euros."
Agencia EFE, Valencia, 1 de octubre de 2009

viernes, 4 de septiembre de 2009

Anticiparse

Podemos vislumbrar los nombres que, aunque el pudor nos impida mencionar, el realismo nos susurra dejando un rastro de mala conciencia. Y en un ejercicio de imaginación, también podemos ya trazar las líneas maestras de aquellas necrológicas cuya proximidad más tememos, intuir qué firmas levantarán la mano para erigirse en portavoces del dolor para describir tangenciales ciertas notas de una vida, y reescribir las mismas frases que se dicen desde siempre. La conversación baja de un familiar, el lirismo impostado del entrevistador en su versión cálida. La fotografía que ya está hecha y que ahora duerme esperando, en medio de algún orden oscuro de archivos, a que llegue el día en que el director estime oportuno llevarla a la portada de la edición de papel. La sorpresa no es producto de la novedad, sino la consecuencia de un pasado que se venga de nosotros cuando no queremos recordarlo.

lunes, 17 de agosto de 2009

El ganador simpático

"El mayor poder creativo se da cuando eres absolutamente inconsciente de las consecuencias". Álex de la Iglesia

Levanta la cabeza e imagina el pase más adecuado, y si no tiene la seguridad de que la pelota tendrá el destino que él desea, o sucede que un jugador contrario ha llegado ya para acosarle con patadas de hiena codiciosa, entonces él gira y se defiende con la elegancia del que huye para volver más fuerte (Es el gesto del David, aunque desvestido de arrogancia). Él gira amansando con los pies esa pelota brillante, trotando junto a ella en una precisa circunferencia, que envuelve al contricante, pero no la mira. No la mira, pues el oficio de sus ojos abarca todas las posibilidades que las reglas de su deporte le brindan a lo largo y ancho de esa pradera fabricada. Entonces, desde su posición de eje, liberado de los insidiosos insectos, juega.

No lo verás salir en ningún titular de prensa, pues en fútbol, ese privilegio sólo se concede a los que marcan goles o a los tuercebotas, si es que descansan junto a alguna ambiciosa modelo. No podrás detectar, por más que lo busques, en sus entrevistas el tan frecuente tono de la autocomplacencia, ese extraño abombamiento que denuncia a las conservas echadas a perder. Sentirás que, por su razón, los goles de su equipo te duelen menos, y que sus abrazos en las victorias elevan la categoría de este deporte que algunas veces es tan bajo. Xavi es la madre nodriza, el motor inmóvil, la causa del juego. Es el mejor -qué palabra-, pero pocos se atreven a decirlo. Su virtud se corresponde con todos los insanos anhelos que caben en los madridistas como yo, pero los mezcla con un sentimiento de tácita y reconfortante admiración.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Comentarios


"Yo he querido que los ciudadanos españoles sepan y tengan muy claro que el gobierno y yo personalmente he autorizado contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberación" José María Aznar, noviembre de 1998.

"173 comentarios". Sé por qué se me viene a la mente el reguero de baba en paulatina desecación que deja el caracol tras su constante avance. ¿Has probado a leer alguna pequeña muestra de esas páginas escoba que colean tras cualquier noticia, crónica o reportaje? Ni siquiera son tolerables en las mejores cabeceras -piensa que el ser amado no suele elegir al amante desesperado, y por tanto, su voluntad no es responsable de todas las pasiones que desencadena-. Por lo general, nos encontramos con una saliva espumosa que muchos aprovechan para untarse en la cara y darse así un mejor aspecto, ¡Qué simpar placer el de verse reflejado y desdoblado, sentirse parte de alguna página de cierta popularidad!. Es lo que tiene Internet, que concede el privilegio del protagonismo, o al menos, la presencia escénica a quien de nada puede enorgullecerse. El ciberespacio permite a los contagiados de la frustración irreversible la felicidad de sentirse sentidos, y en esto tienen la suerte que asiste a las cucharachas, la de ser capaces de alimentarse de igual forma con los escasos apoyos que con las abundantes muestras de contundente rechazo, que siempre parecen enaltecer su enloquecido clamor masturbatorio.

No, nunca uses el pensamiento razonado contra esta baba fluida que vuela escondida y anónima por los democráticos dominios de la Red, como las telarañas que penden de las lámparas, tan útiles e inocentes ellas, como el hilo de miel que siempre acaba atravesando la encimera limpia, como la indeseable estridencia de tanta publicidad absurda que se cuela sin permiso en la intimidad nocturna de cena y albornoz. No, nunca uses las palabras para rebatir a Cospedal, no le hagas la concesión de analizar sus hargumentos. Limítate a observarla decir barbaridades mientras se atusa los cabellos bajo la suave brisa que agita las palmeras en agosto.

martes, 11 de agosto de 2009

Arte figurativo


"Cuando estoy a solas conmigo mismo no tengo valor para considerarme un artista en el sentido grande y antiguo de la palabra. Verdaderos pintores fueron Giotto, Rembrandt y Goya; yo no soy más que un amuseur public, que ha comprendido su tiempo y ha aprovechado lo mejor que ha sabido hacerlo la imbecilidad, la vanidad y la ambición de sus contemporáneos. Ésta que le hago es una amarga confesión, más dolorosa de lo que le pueda parecer, pero tiene el mérito de ser sincera". Pablo Picasso

Esa ligereza con que él trata lo que no tiene vuelta atrás. La facilidad con que pronuncia la palabra "muerte", asumiendo que es un hecho que le ronda de cerca desde hace tiempo, venciendo sin aparente esfuerzo esos temores innombrables que palpitan en los corazones jóvenes que le escuchan en silencio y espantados. Él, como Whitman; se me ocurre que son quienes más aprovechan la vida aquellos que con mayor naturalidad hablan de la muerte. Esa ley de vida, ese momento que tiene más nombre que voz; la muerte se ha desinflado y yace junto a sus pies pequeños, anulada por toda la indiferencia de quien se sabe un superviviente.

El dedo índice estirado, un estilete pálido, albino, se extiende tenso sobre la frente de su nariz. Un dorso blanco de cocodrilo -¿Es blanco o es que no tiene color?-, bordado por las arrugas de todos los días de todos los últimos noventa años de este país. Rozando impreciso con su uña el entrecejo, mediando entre sus dos ojos bien abiertos, que humildes significan énfasis, que te anuncian que las próximas palabras no merecerían ser olvidadas.

Miro mi propio retrato y lo redescubro. El dibujo viene de aquellos años que sólo conozco por lo que me han contado. Ahora puedo tocar ese papel que nos sobrevivirá a él y quizás a mí. Entonces percibo lo extraordinario, lo que la familiaridad ha ocultado al tribunal íntimo que decide sobre mis filias. Tan cerca ha estado, que esta noche no puedo perdonarme el tiempo que se ha sorbido. Hoy la honestidad me ha puesto un espejo delante y he empezado a verme las vergüenzas en mis propios ojos infantiles.

Hoy quiero rescatar todas las palabras de un abuelo, reforzadas por el poder de conquista que sólo da el desprecio natural hacia todos los gritos vanos que siempre consiguen llamar nuestra atención.

jueves, 6 de agosto de 2009

Reacciones



"Tucha le insistió varios años seguidos para que comprase una cámara fotográfica (Al menos por los niños), pero la idea de los rostros inmóviles en un tiempo congelado, progresivamente más antiguo, le estremecía desde la infancia, mirar por una pequeña lente y ver a una persona sonriendo del otro lado" Antonio Lobo Antunes - Acerca de los pájaros.

El viejo calló su voz cascada mientras asumía que, una vez más, tendría que escenificar la antigua didáctica de las afinidades alcohólicas, -asombra la capacidad de los viejos para vencer el tedio de la repetición, con qué entusiasmo cuentan aquellas cosas que llevan repitiendo a sus audiencias durante plurales décadas-. Es cierto que de nada sirven las palabras para convencer al que no quiere ser convencido, pero frente a la muestra de los hechos sólo los estúpidos pueden hacerse fuertes en su estupidez. Segundo, el viejo empresario de la noche, vertió dos dedos del melifluo Bailey's en lo más hondo del tubo, hizo después sonar un mágico schweppes y con toda la pompa discreta del jazz, vertió apenas unas gotas de la tónica sobre los dos dedos del melifluo Bailey's. Y entonces, una ley quiso demostrarse, y todo lo que era un sereno remanso de escocés y crema de leche se convirtió en una espumosa llamarada líquida que acabó por superar las angosturas de ese vaso que tan bien conocemos, para pringar burbujeante el barniz de los inmediatos contornos de la barra.

Será que las reacciones disparatadas derivadas de determinadas mezclas, esas mágicas explosiones y enigmáticos cambios de color, temperatura, o textura de las cosas, que el cine ha atado a una bata blanca, a unas gafas de culo de vaso, a unos cabellos tiesos y a las apolilladas aulas de enseñanza, son la mejor alegoría de los cimientos que habitan bajo nuestras más trascendentes decisiones.

lunes, 27 de julio de 2009

Luis el Cabrón o El discreto encanto de la corrupción


"En los últimos días, Bárcenas ha insistido en su entorno en que está seguro de que podrá salir airoso de su declaración, que ayer se encerró a preparar con su abogado, Miguel Bajo. El tesorero del PP se va a concentrar en varias estrategias escapistas. La principal de ellas, defender hasta el final que él no puede de ninguna manera ser "Luis el cabrón". [...]
"El tesorero ha asegurado a su entorno que es absolutamente imposible que él sea "Luis el cabrón" porque en 2007 Génova ya había roto con Correa, que sin embargo sí organizaba, contratada por Francisco camps, los actos cuando Rajoy viajaba a Valencia, como sucedió en el mitin de la plaza de toros de las generales de 2008.
Bárcenas era la persona que más trataba con Correa, y fue el encargado de anunciarle que Génova rompía con él. Por eso, según varios testigos, entre ellos Isabel Jordán, ejecutiva de la red, entre los dirigentes de la red se decía que Bárcenas era "un cabrón". [...]
Aunque pudiera pudiera instalar en el juez la duda de que él no sea LB y Luis el cabrón, algo que afirman tanto el informe policial, como el de la fiscalía, como el de la Agencia Tributaria, como los testigos principales, tendría el problema de los apuntes de "LBárcenas"." El País, 22/07/2009

sábado, 18 de julio de 2009

Los dos


"Gatsby creía en la luz verde, el orgiástico futuro que, año tras año, aparece ante nosotros... Nos esquiva, pero no importa; mañana correremos más de prisa, abriremos los brazos, y... un buen día...
Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado". F. Scott Fitzgerald - El Gran Gatsby.

¡Los dos se quieren tanto a sí mismos! Como él, preferirían morir antes que ver cómo sus sueños van dejando de iluminarlos. Los dos se acompañan de sus contradicciones del modo en que se portan -o son portados- en los huesos de su esqueleto y son muy conscientes de ello.

Se saben tan quebradizos que tienen miedo de abandonarse en las fluidas corrientes de la vida, no desearían encontrarse con una felicidad que no han escogido previamente. Quizá los dos sigan aterrados por la posibilidad de tener una existencia imperfecta, y traicionar al culto debido a sus esperanzas, que sólo deberán morir cuando ellos lo hagan. Ellos no valoran la vida más allá de sus emanaciones de inmortalidad. Sólo lo que no es merece ser.

Antes lo creían, pero hoy ambos saben que hay algunas cosas que no pueden olvidarse. Se dan cuenta si un día alguien les pone delante El infierno tan temido. Son terreno fértil para las obsesiones; a veces desean con tanta fuerza que se olvidan de la razón y del objeto. Y sus incendios interiores producen tanto humo que a veces no saben ni siquiera dónde pisan.

Pero, por extraño que pueda resultar, ante otros ojos, ellos constituyen el último estandarte del Buen Sentido. Son de los que recogen del suelo una lata, si no han acertado dentro de la papelera. Si no fuera un disparate, parecerían haber brotado de algún libro abierto de Montaigne.

Y nunca, ni en los lugares más poblados y divertidos, en medio de las mejores fiestas, pueden evitar la tentación de marcharse para volver a estar solos, a esos tiernos monólogos interiores que apenas arrojan novedades, pero de los que no es previsible que se cansen. Y así consiguen ver que, con los años, cada vez en menos ámbitos se escapan del abrazo definitivo del nihilismo. "Definitivo" es una palabra que los dos aman y detestan al mismo tiempo.

Y aunque lo hacen, ninguno de los dos reconocería que, en algún punto entre Verrières y París, aún siguen buscándose dentro de Julien Sorel.

sábado, 11 de julio de 2009

Olvidos


Todas las neveras de un soltero se parecen. Casi un retrato de la vida circular que no deriva sino en el propio individuo que es su fuente, que carece de testigos continuados y, por tanto, concede desmedidos y secretos espacios a la frivolidad. Sólo los objetos que tú compras, que tú consumes, que tú decides desechar si los encuentras caducados. Varios son los alimentos -y digo alimentos- que invariablemente colocan al frío los solitarios, ¿Y no es la cerveza de entre todos ellos el auténtico emblema de la solitude, la síntesis de una vida sin destino decidido, tan sólo vislumbrado a regañadientes? Imperiales ejércitos de latas coloristas anuncian a su vez el imperio de la juventud despreocupada, nos alejan de los indeseables fantasmas de una madurez que veremos llegar, pero a la que no se espera despierto. A la cerveza le corresponde el pedestal que en los hogares adultos pertenece a las manzanas, a los yogures, a los garbanzos cocidos de ayer. La libertad, el espíritu de las tardes abiertas y disponibles, todo esto representa. La tristeza, la viudedad, el vacío, éstas son las sensaciones que depara la tarde en que descubrimos que debimos haber visitado antes el Mercadona, pues bajo la fría iluminación ronroneante no hallamos más que la sombra de la última lata que abrimos ayer, esa reminiscencia metálica que aún habita en nuestros labios.

domingo, 5 de julio de 2009

Swing 2


"El swing no es sólo un estilo de jazz o una forma precisa de manejar el palo de golf, sino un don del alma, cuya gracia no se adquiere a ningún precio. Se tiene o no se tiene. Swing significa oscilar, balancearse, mecer, blandir, hacer girar: son acepciones del verbo que se refieren a un movimiento armónico, que va de dentro a fuera del cuerpo hasta convertirse en aura. Las personas privilegiadas que tienen swing lo transfieren sin darse cuenta a cualquier acto cotidiano de su vida con una especie de ondulación espiritual. El swing se manifiesta al caminar, al sentarse o levantarse del sillón, al dar la mano a un amable desconocido, al llamar al camarero, al contar una historia a los amigos en la sobremesa sirviendo al mismo tiempo el vino, al agradecer con una sonrisa irónica un elogio merecido, al firmar un talón con o sin fondos, al mirar a los ojos con una intensidad medida al chico o a la chica que te gusta en la esquina de la barra, al acercar la copa a los labios, al hacer el amor, al desperezarse por la mañana, al echar media galleta al perro, al bostezar. [...] Tienen swing algunos pases de Zidane, el Ferrari de Schumacher en las curvas, el ritmo de ciertos cuentos de Borges, [...] Todo es blues, todo es jazz. Algún silencio es swing."
Manuel Vicent

"El jazz me enseñó cierta sensibilidad de swing, de ritmo, en mi estilo de escribir. Para mí las frases tienen un swing como lo tienen los finales de mis cuentos, un ritmo que es absolutamente necesario para entender el significado del cuento."
Julio Cortázar

viernes, 3 de julio de 2009

Swing 1


"[...] Hay primero una situación confusa, que sólo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse) tiene un suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese swing en el que se va informado la materia confusa, es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo: sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispas y un arquearse cadencioso.[...]"
Julio Cortázar - Rayuela, capítulo 82

"Amar a Cortázar fue el oficio obligado de toda una generación. En él se reconoció una tribu, que a mitad de los años sesenta había descubierto con sorpresa que en castellano también se podía escribir con la misma libertad con que suena el jazz."
Manuel Vicent - Julio Cortázar: con el sonido y la libertad del jazz

La noche

"[...] Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel"
Jaime Gil de Biedma - Idilio en el café (1959)

"Let's swim to the moon, ah ha
Let's climb through the tide
Penetrate the evenin' that the
city sleeps to hide
Let's swim out tonight, love
It's our turn to try
parked beside the ocean
on our moonlight drive [...]"
Jim Morrison - Moonlight Drive (1965)

domingo, 28 de junio de 2009

Nada

¿Cuántos de los llamados "clásicos instantáneos" no serán nunca clásicos?. Muchas palabras son sólo edificios vacíos que tienen las ventanas rotas. Están destruidas por los usos ligeros e irreflexivos que les venimos dando. Agonizan portando nuestras informaciones cotidianas. Son ilaciones de letras que una vez debieron de tener un peso de significado, apelaron a un fragmento de la realidad, fuera éste pequeño o grande. Hoy perviven como caparazones de tortugas muertas. "Fantástico", "espectacular", "inolvidable". Ya sólo la palabra "nada" dice algo.

lunes, 15 de junio de 2009

El País, 02/12/2008

"Cinco nuevos milagros en Lourdes

Mónica Andrade - Roma - 02/12/2008

El Comité Médico Internacional de Lourdes acaba de anunciar cinco nuevas curas atribuibles a causas milagrosas, que podrían añadirse a los 67 milagros ya admitidos por la Iglesia. El comité ha descubierto que desde 2004, cinco individuos franceses de entre 40 y 69 años se han curado por motivos que no tienen una clara explicación médica. Entre ellos, una mujer de 40 años que sufre esclerosis múltipe desde 1993. Tras un peregrinaje a Lourdes en 2004, la enferma tuvo una súbita mejoría: la movilidad de los miembros inferiores y la desaparición de "diversos síntomas".

"Todos los casos han sido objeto de un profundo diagnóstico. Las curaciones han ido acompañadas de una evidente transformación espiritual", ha dicho François-Bernard Michel, presidente del comité, compuesto por 20 personas, que se reúne una vez al año. Para que una curación sea tomada en cuenta por el comité se precisa una observación clínica y un riguroso estudio de los casos por expertos internacionales. Y es imprescindible, además, que medie un "verdadero acto de fe". Pero la última palabra la tiene la Iglesia.

Lourdes, que recibe cada año a seis millones de peregrinos, es el segundo lugar católico más visitado, tras Roma. Según la tradición, la Virgen se apareció varias veces a la pastorcilla analfabeta Bernadette Soubirous en 1858."

viernes, 24 de abril de 2009

Golf


Hace un rato estaba aquí, donde estoy ahora, delante de la pantalla absorbente. Y como hoy es sabado y no me apetece buscar trabajo, he empezado a enredarme en Internet, a buscar conocimientos de completa inutilidad, entretenido y divertido perdiendo el tiempo.

He estado leyendo algo sobre la vida de Marcello Mastroianni, mi actor favorito, cuando me acuerdo de él. He sabido sobre las fechas concretas en que estuvo con Catherine Deneuve, que nació en Fontana Liri, en 1924. He sabido que tuvo dos hijas, una de ellas llamada Chiara Mastroianni, ella me suena. He repasado sus cabales citas, esa gran inteligencia de guapo con la boca torcida. He aprendido, como ves, conocimientos absurdos de los que podía prescindir perfectamente y que pronto olvidaré. Pasatiempos que barren de la cabeza las colas de buscadores de trabajo, la desesperación en los ojos de los becarios.

He ido a encender la calefacción, a espaldas de mi madre. De paso, he estado mirando el pollo en pepitoria. Levantando la tapa, observando la transformación que el fuego ha operado en el tierno animal amarillo que trajimos del mercado de abastos de tu ciudad. He cerrado la tapa y he vuelto a subir a encontrarme con esta pantalla. Y de pronto ha sonado débil una melodía imaginaria, esa bella canción que suena en el anuncio del Nuevo Golf 2008. De esas canciones que uno va a buscar a Google. "anuncio nuevo golf 2008 canción", "new song golf", todos tenemos nuestra manera de buscar en Google. Y entonces lo he encontrado. Después de cruzarme con el nombre de alguna de los temas de otras campañas publicitarias anteriores, en uno de esos foros perdidos, donde hay gente que responde las preguntas que otros hacen al aire. ¿Se te ha ocurrido responder alguna vez a ese tipo de preguntas aunque supieras las respuestas? ¿A qué dedican su vida estos "cibernautas solidarios" que trabajan por hacernos la vida más cómoda? ¿Soy sólo yo el hijo de puta egoísta que demanda conocimientos pero nunca los comparte?

He dado con un nombre que no me esperaba, por decirte la verdad. Rápidamente, he acudido al Emule, -pero no se lo digas a nadie-. Y he sabido que esta canción, antes de recorrer bellos espacios naturales junto al nuevo vehículo alemán, perteneció a la banda sonora de Persépolis, obra maestra del cine de animación -que no he visto-. He esperado a que se descargase, ceremonia que no ha llevado más tiempo que el que dura la canción. Y me he dispuesto a disfrutar de la fruta recién cogida del árbol.

Es "Eye of the Tiger", de Chiara Mastroianni.

miércoles, 22 de abril de 2009

957

El jabón que se eleva desde el suelo mojado y la fregona escurrida al fondo de un pasillo. Los vapores de comida casera que fluyen por las calles competitivos a eso de las dos. Un boquerón frito desmenuzándose en la boca, el perfume floral de una copa de montilla, un geranio en pétalos distraídos por el suelo, aun vivos sobre la calle punzante bajo los pies. Un sincretismo silencioso de iglesias, estacas de la cristiandad invasora, sobre cimientos de mezquitas derribadas. La violencia ahogada y olvidada por el azahar tibio de las plazas. Calles partidas en una avenida luminosa de sol y el sendero climatizado de la sombra. Una mano invisible que nos lleva a través de los sucesivos albaicines aplastados. Caminar lejos, lejos de las mesas de guiris colorados riendo ajenos al silencio de la tarde. Una conversación y tu mirada que se va enredando en sí misma sobre el mármol.

viernes, 3 de abril de 2009

Carrilleras

Llena la boca como el beso de una mujer hermosa” Un enólogo.

Tomar una cazuela pesada, coronada por una de esas tapas que parecen sellar cámaras acorazadas al posarse. Verter en ella un golpe de aceite, varias cebollas cortadas en juliana, otros tantos dientes de ajo vestidos, algunas zanahorias en anchas rodajas, ¿una rama de apio? y un poco de sal. Entonces acercar a un fuego suave y tapar. No querer que el tiempo corra más de lo que avanza per se. Tener paciencia y esperar, destapando cada cierto tiempo y removiendo con herramienta de madera, a que desde el conjunto crepitante vaya evaporándose toda el agua que nada aportaría a nuestro guiso.

Entretanto, salpimentadas y enharinadas, dorar brevemente en una sartén unas diez carrilleras de cerdo, y acto seguido, buscarles acomodo sobre los tubérculos reblandecidos que se cocinan en la cazuela. No tapar todavía. Buscar en los armarios el tomillo, el romero, la nuez moscada (aunque estuviera caducada en dos mil siete), la pimienta negra en grano, una hoja de laurel. Entonces agregar especias y hierbas en libertad, del modo que a cada uno le dicte su intuición coquinaria, ¿añadir sal?. Remover de nuevo el conjunto y entonces apagar las protestas con un generoso aporte de Jerez seco. En tal medida que sólo alguna (o ninguna) de las carrilleras llegue a emerger del oloroso líquido. Después de servirse una copa, devolver la preciosa botella a su sitio. Entonces aumentar la potencia del fuego, hasta que veamos que grandes burbujas amenazan con mancharnos la camisa, tapar con firmeza y bajar el fuego hasta el mínimo admisible, un calor tan delicado como la pieza de carne que hemos escogido.

Olvidar que existe el guiso durante el tiempo en que César Vidal ha escrito otro libro, ¿cuatro horas?, al cabo de las cuales se cogerá un palillo y se atravesará alguna desventurada carrillera. La carne estará lista cuando el palillo encuentre ridícula resistencia a su agresión, de tal modo que la carne parezca a punto de deshacerse. ¿Habrán pasado hasta este punto cuatro horas? ¿Quizá seis, si ha seguido con pulcritud mi consejo de moderación en el fuego? Ah, yo no tengo esa respuesta.

En este momento separar la carne de su acaramelado abrigo. Liberada de todos los tropiezos, pasar a reducir la salsa al fuego, para concentrar su textura, color y sabor (cuando se sirva, tiene que dar sensación de pereza al conquistar el fondo del plato). Recuperar las rodajas de zanahoria y devolverlas a la felicidad de la salsa, que tanto les debe. Prescindir del resto de los compañeros de viaje, otrora deseables, pero ya inútiles.

Servir las carrilleras, no demasiado calientes, y napar con esta bendición dulce-amarga del color de la miel.

viernes, 20 de marzo de 2009

Bolaño

Se destaca en la prensa de estos días el premio que el National Books Critics Circle ha concedido al escritor Roberto Bolaño por su postrera obra "2666". No habíamos oído hablar de tal institución, pero tiene un sonido tan imperialmente norteamericano que nos hace presuponer el mejor y más inapelable de los criterios. Sin saber, ya parece que contemplamos una regia sede en alguna famosa calle de Manhattan y unos circunspectos bibliófilos ponderando con exquisita objetividad los libros más destacados del año. Año, por otra parte, muy especial por el hecho de que los dos autores más admirados del "momento", Bolaño y el sueco Stieg Larsson, están muertos, en contraste con los vivísimos rendimientos comerciales de sus obras.


Pues bien, hace meses que emprendí la lectura de "2666", pronto interrumpida no por considerar que el libro no merezca el esfuerzo, sino porque el pdf de mil páginas puso a mis ojos en temprana y definitiva protesta. Hoy he recordado una frase que apunté al poco de empezar a leer. Habla de dos de los profesores protagonistas del relato, entrados en años y enamorados de la misma mujer: "La experiencia con las putas, algo nuevo en sus vidas, se repitió varias veces en distintas ciudades europeas y finalmente terminó por instalarse en la cotidianidad de sus respectivas ciudades. Otros es posible que se hubieran acostado con alumnas. Ellos, que temían enamorarse o que temían dejar de amar a Norton, se decidieron por las putas".


lunes, 2 de marzo de 2009

Feij009

Frente a la realidad tan compleja e inasible del mundo de hoy, y la imposibilidad de vertebrar un pensamiento del todo coherente, respondemos cimentando nuestras opiniones sobre las cosas con una base más cercana a la fe que a la lógica o la reflexión serenas. Excluimos, por supuesto, abstenernos de opinar, por insuficiente que sea nuestra información y por infundado que pueda ser nuestro juicio. La imagen inmediata, la intuición particular y el conjunto de ideas heredadas tienen más fuerza que la razón en la configuración de nuestro pensamiento. Tenemos muchas herramientas, pero en la mayor parte de las ocasiones, preferimos equivocarnos antes que pasar por el laborioso trance de cambiar de idea sobre las cosas. Vicente Verdú ha escrito mucho sobre esto.

Con motivo de las elecciones autonómicas de ayer, en Galicia y País Vasco, elmundo.es editaba ocho pequeñas fotografías de otros tantos líderes políticos en liza. Pese a la disparidad de la imaginería electoral, los orígenes o las ideologías, todos tenían en común un aspecto. Todos mostraban la mejor de sus sonrisas, tanto es así, que algunas incluso parecían creíbles. Sonreía el lehendakari Ibarretxe, pese a que se le pronostica una pronta mudanza desde el Palacio de Ajuria Enea, sonreía Pérez Touriño, ya ex-secretario general de los socialistas gallegos. Y podría asegurar que no fueron los únicos semblantes contradictorios de la noche. El único de entre los ocho que mostraba un gesto de cierta severidad era aquel candidato al que todos calificaban como el gran triunfador de la jornada, Núñez Feijóo, del Partido Popular.

En mi caso, no tenía una opinión formada sobre el individuo. O si la tenía, en ella me había dejado guiar por la visión general que guardo de su Partido, y de esta asociación, ciertamente no salía bien parado. Yo me limitaba a torcer el gesto, quizá sin saberlo, al ver por televisión al distante personaje, tal es el poder de la autosugestión, tal es el cegador efecto de las filias y las fobias políticas. Pero ayer me sorprendió y me agradó la alegría contenida que reflejaba aquella foto. La del hombre tímido que tiene los pies en el suelo, que mira más allá de las noches electorales, tan prolijas en imágenes ridículas. Mostraba, en suma, una actitud muy contrastada con la sonrisa tonta y rígida del portavoz de su Partido, González Pons, la mueca absurda que el fotógrafo nos pide antes del flash, pero en este caso mantenida a lo largo del tiempo.

Lo más llamativo de todo es que tan favorable opinión sobre el candidato Núñez Feijóo no se haya visto rebajada al estudiar un poco más a fondo su figura. Más bien al contrario, su condición de técnico antes que político, su compromiso de disminuir el número de conselleiros y cargos a dedo en general, las críticas que había sufrido en su propio partido por su excesiva intelectualidad (está comprobado que es un lastre) o la decidida (pero incompleta) purga de caciques que ha venido haciendo en un partido tan “especial” como el suyo han revertido con éxito la imagen negativa que mis prejuicios me habían hecho de él.

¿Va a durar mucho más mi precioso idilio con esta facción de los populares antes de la puntual llegada de la decepción? ¿Podré decir algún día sin temor a ruborizarme: “Yo una vez habría votado al PP”?

domingo, 8 de febrero de 2009

No elegimos ver

No elegimos ver. Hoy denuncia Javier Marías en su trastienda del País Semanal la intolerancia del graffitero. Un tirano que nos impone su visión particular del arte. Quieras o no. Quieras o no, tendrás que tropezarte en tu honesta vida con sus deformidades coloristas. No podrás protestar. Nadie te abrazará ni te alentará cuando sufra tu sensibilidad y envejezca a machetazos. Sabes que nadie más que el tiempo se encargará de extirpar esa metástasis urbana. Te asiste el derecho a gritar, pero nadie va a evitar que vuelvas a dolerte en la siguiente esquina. Te encuentras con las paredes violadas del mismo modo en que nos tropezamos con las cónicas y perfectas deposiciones de las ovejas avergonzadas, si es que es domingo y hemos salido el campo. O con las imperiales mierdas perrunas de diversas tonalidades, si hemos escogido pasear por la ciudad. Tardarán horas en ver destruidas sus curvaturas. Pero a buen seguro, antes de que pierdan su hidratación primera, algún infeliz habrá dado un mal paso sobre ellas.

Me estoy apartando del tema. No quería ver. Pero he visto:

“Los diez lunares mas eroticos de Hollywood… ¡Algunos en lugares muy hot!”

El autor/a de esta frase tenido la delicadeza de teclear el primer símbolo de exclamación, me conmueve que haya observado esa costumbre que se va perdiendo. Aviso de exclamación, que pareces atropellado por la pereza humana y las ganas que todos tenemos de nacer angloparlantes. Mueres, pero hoy das tu último y más fiero zarpazo.

Por el contrario, la tilde ha muerto ya. La tilde ha muerto y, sin embargo, no ha muerto la mayúscula que encabeza “Hollywood”. Ha muerto también la cursiva que debería arrugar las palabras que extraemos de otro idioma e insertamos en el nuestro. Un detalle que nos diga: “estás saliendo de tu madre suave, tu magno idioma, te aventuras más allá del español”.

Las mayúsculas, las tildes, la cursiva.

Soy bien consciente de que tales sutilezas son absurdas y anacrónicas. Todavía el alcohol me deja espacio para entender lo obvio. Asimismo, creo muy probable que la ortografía, tal y como la entendemos, no sobreviva una generación más. Pero necesito de este absurdo y su ausencia me produce dolor real y físico. Mi estómago se encoge ante la imagen de la ortografía agonizante. Cierro los ojos ante la imagen. Quisiera morir por no ver repetido ese sufrimiento una próxima vez. Quisiera refugiarme durante un instante en los trazos de Goya, esos que parecen seguir frescos sobre el lienzo. Pintarme los ojos de esas oscuridades caravaggiescas de su arte final.

Por un instante, quisiera no seguir viviendo en este mundo destruido primero por el horror a la naturaleza debido y después por las emanaciones insalubres del individuo, el reverso de su cara que quiere ser silencio blanco de inocencia. Desesperado, necesito echar mano y sorber de la belleza.

Del excremento me protege la suela del zapato, pero ¿quién me protege del graffiti, de la sonrisa de satisfacción de un rapero, de las palabras pueriles de cierta presidenta? ¿Quién me protege de nosotras.com?

De la misma configuración que el excremento de perro, me he encontrado hoy con un título. Como mirando al cielo por el parque.